jueves, 17 de marzo de 2011

Sinfonía nº 3 en Fa Mayor, op. 90 de Johannes Brahms

Beethoven, en la primeras décadas del s. XIX, daría paso a un nuevo movimiento cultural conocido como Romanticismo. Si en el periodo anterior (Clasicismo) se tenía muy en cuenta el aspecto formal y estructural de la música, los compositores románticos intentaban plasmar musicalmente las pasiones y sentimientos humanos, prestando más atención a expresarse libremente que a la forma de expresarse.
Sin embargo, Brahms era el más conservador de los románticos, ya que pensaba que el exceso de sentimientos se puede volver indisciplinado y desvirtuar el arte de la composición: actitud que le llevaría a mantener una rivalidad musical con compositores más progresistas, como Wagner.
Debido a su gran admiración por los compositores clásicos, sobre todo por Beethoven, y al respeto por las grandes formas clásicas, no se decidió a componer su primera sinfonía (sólo escribió cuatro) hasta pasados los cuarenta años, sinfonía que sería conocida por muchos como “la décima de Beethonen”.
Comenzó a componer la tercera sinfonía en 1882 y no la terminaría hasta el verano de 1883. Hans Richter dirigió el estreno con la Orquesta Filarmónica de Viena el 2 de Diciembre de 1883. Esta obra fue aclamada en cada representación e hizo que el nombre de Brahms resonara como nunca antes.
El tercer movimiento es uno de los más conocidos y el que escucharemos a lo largo de esta semana en el cole.

2 comentarios:

  1. Enhorabuena por tu currado blog. Me gusta mucho esta pieza. Espero poder aprender (seguir aprendiendo) mucho de ti, tanto de blogs, como de m'usica y educaci'on. Un abrazo. Rogelio. Un seguidor

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  2. Me alegro muchísimo de verte por aquí y muchas gracias por tu comentario.
    Un abrazo todavía más grande para tí.

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